Aug 17, 2010

¿Cómo influye el dinero de los padres en el éxito educacional de los hijos?

Mucho se ha hablado sobre la influencia del ingreso en el éxito educacional de los hijos. Hoy resulta casi un ejercicio de sentido común aceptar que el dinero influye directamente en las oportunidades que los niños tienen de acceder a una educación de mejor calidad, de continuar sus estudios futuros y aumentar sus probabilidades de contar con una carrera universitaria. Parece en primera instancia, que el dinero define la cantidad, calidad y disponibilidad de los insumos con que los niños se desarrollan en el tiempo. Sin embargo, más allá de las ideas comunes, se sabe menos sobre por qué los padres transforman el dinero en oportunidades educativas para sus hijos y no lo invierten en fines alternativos.

En el otro lado de la moneda, los hijos de padres con menores recursos económicos enfrentan una menor probabilidad de tener éxito en la vida, cuentan con menores oportunidades educativas y con una mayor probabilidad de delinquir, tener hijos en la adolescencia y de no ir a la universidad. Como consecuencia general de esto, son más propensos a seguir siendo pobres. De esta manera, la pobreza se mantiene y se extiende entre generaciones en un ciclo que es complicado romper y aunque estemos de acuerdo que por razones de eficiencia económica y justicia social se debiera hacer, aun no se sabe con certeza cómo. Más allá del ingreso, no hay evidencia concluyente sobre qué motiva o desmotiva a los hijos de padres pobres para tomar decisiones que los lleven a salir de la pobreza.

Más allá del sentido común, existe una considerable cantidad de investigaciones que determinan que la correlación entre el ingreso de los padres y los resultados de los hijos es alta; sin embargo, esta evidencia en su mayoría ha ignorado potenciales mecanismos de causalidad. Es decir, si sólo fuera el dinero el que provoca que los niños tengan mayor probabilidad de éxito, existiría entonces una relación directa que nos permitiría pensar que, el aumento del ingreso de los padres por sí solo, sería incentivo suficiente para que cambiasen sus valores, ideas y comportamientos y buscasen mayores oportunidades educativas para sus hijos. Con lo que sólo habría que continuar acumulando riqueza a nivel nacional para romper el ciclo de pobreza; no obstante, parece que no es tan sencillo.

Para poder establecer la relación entre dinero y éxito de los hijos, se debe tomar en cuenta el contexto de los padres, puesto que sus ingresos los determinan sus habilidades, características, valores y comportamientos, mismos que quizá determinen el éxito de sus hijos, más allá del ingreso.

Por lo anterior, resulta importante entender, de inicio, qué es lo que los padres ricos dan a sus hijos –que a su vez les brinda una mayor oportunidad de éxito- que los padres pobres no poseen o no pueden dar. Es decir, preguntarnos si ¿es el dinero en sí lo que provoca que los niños tengan más oportunidades de éxito en una relación causal? o si ¿son otras características, valores y medios que los padres ricos poseen y los pobres no, los que los hacen convertir el dinero en oportunidades educativas? Tratar de responder estas preguntas es importante de cara a encontrar mecanismos más adecuados para contravenir efectivamente la reproducción de la pobreza.

Más aun, no sólo es importante profundizar en las diferencias que los padres pobres y ricos poseen más allá del ingreso, sino hasta qué punto el ingreso en función de otras variables, es importante en determinar el éxito educacional de los hijos. Es decir, ¿tiene el hijo de un padre sin estudios pero con muy alto ingreso, la misma probabilidad de ir a la Universidad que la que tiene el hijo de otro con estudios medios pero de bajo ingreso? Parece que la respuesta que se puede dar a esa pregunta no puede ser tan precisa, por lo que la relación entre ingreso y éxito escolar posee matices que van más allá de una relación simple y directa. Sin embargo, entender los mecanismos de causalidad entre ingreso de los padres y resultados de los hijos, es muy importante de cara al desarrollo de políticas efectivas para romper el ciclo de pobreza.